Aprendamos a aprovechar cada segundo de nuestra vida como si fuera el último.
No olvidemos demostrar a cada una de las personas que nos rodea que las amamos.
No desperdiciemos nuestro tiempo odiando, aprendamos a perdonar y a disfrutar.
Las palabras desaparecen más rápido de lo que la vista puede alcanzarlas, otras se marchan despacio y dolorosamente. Los hechos son los que quedan, los momentos que fabricas en tu vida son los que te marcarán un antes y un después y los que guiarán tus pasos marcando tu propio porvenir y destino. Son los que harán secar tus lágrimas o ayudarte a superar cada bache que encuentres en el camino. Di lo que piensas, déjate llevar y disfruta cada segundo como si te fuera la vida en ello.
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